Recomiendan acudir al médico
Inadecuada dosificación contribuiría, en el mejor de los casos, a prolongar la enfermedad pudiéndola convertir en crónica
Si se toman en dosis excesivas y sin evaluación médica, todos los medicamentos sean de venta libre o de prescripción obligatoria (dados con receta) pueden dañar irreversiblemente órganos importantes como el hígado o los riñones, originar intoxicaciones, paros cardiacos e incluso la muerte, advirtió Leandro Huayanay, asesor de la Dirección General de Medicamentos Insumos y Drogas (Digemid).
Un ejemplo claro es la creencia de que un analgésico (medicamento para calmar el dolor) y un antipirético (para bajar la fiebre) no ocasionan daño alguno, pero eso no es cierto. Sí tienen efectos no deseados negativos, afirmó tras señalar que la ingesta en dosis y periodos inadecuados puede agravar el estado de salud de las personas, en especial de los niños.
En tal sentido, además de los medicamentos para el dolor y la fiebre, son los antigripales, antialérgicos (antihistamínicos) y antiácidos, entre otros, los que pueden ocasionar daños a la salud si son ingeridos durante un tiempo prolongado y sin control médico. “Puede ser muy peligroso para la salud”, recalcó.
Los más vulnerables
Los niños son los más expuestos al peligro debido a que no han completado su desarrollo y porque su cuerpo asimila las dosis de acuerdo con su peso, la madurez de su hígado y del riñón. Si se administra una cantidad diferente a la que su organismo pueda procesar, existe la posibilidad de que parte del medicamento permanezca dentro de su sistema y ocasionar daños.
Destacó que ante la presencia de cualquier enfermedad, las personas deben evitar consumir o dar medicamentos a los menores en base a la publicidad o recomendaciones de algún familiar o conocido; por el contrario, lo más indicado es acudir a un médico para que evalúe el cuadro y determine si es necesario prescribir algún tipo de tratamiento o, caso contrario, brindar las recomendaciones necesarias para lograr la mejoría del estado de salud del paciente.
La automedicación es una forma de poner en riesgo nuestra salud, por lo que recomendó a las personas, especialmente a los padres de familia, asumir un comportamiento responsable ante cualquier enfermedad, acudiendo al establecimiento de salud para recibir atención médica y de ser necesario, se le recete el tratamiento farmacológico para ellos o sus hijos.
“Luego de ello, se debe seguir al pie de la letra las indicaciones del médico, tomar o dar los medicamentos en la cantidad y horas señaladas, pues de lo contrario, una inadecuada dosificación también contribuiría -en el mejor de los casos- a prolongar la enfermedad pudiéndola convertir en crónica”, enfatizó.
Prescriptores autorizados
Huayanay recordó que los únicos profesionales que pueden prescribir fármacos son los médicos, además de los odontólogos y obstetras en el campo de su competencia, por lo que pidió a la población no automedicarse, ni mucho menos seguir las recomendaciones los vendedores de farmacias y boticas o de familiares o amigos, concluyó.
Lima, 19 de enero de 2011
NP. 0047-11