Digemid invoca a padres y cuidadores a no dejarse convencer por la publicidad engañosa que busca incrementar la venta de estos productos
- Sobredosis de vitaminas puede ocasionar efectos perjudiciales en la salud.
- La mejor fuente de vitaminas naturales en los menores es una adecuada alimentación.
Los padres y cuidadores suelen alarmarse cuando los menores de la casa presentan cierto desgano en las actividades diarias y si ello viene acompañado con bajas calificaciones, suelen recurrir al consumo de multivitamínicos, esperando que estos productos le den más energía a sus hijos, que lo hagan mejorar su memoria y desempeño escolar, sin saber que no existe evidencia científica alguna que compruebe estas supuestas propiedades.
Así lo señaló el director de la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid), Víctor Dongo Zegarra, quien comentó que esta problemática se ocasiona a raíz de la constante y creciente publicidad engañosa de algunas las empresas farmacéuticas que propician el consumo de estos productos.
“La creencia de que los multivitaminicos mejoren la memoria y el rendimiento escolar, es una idea totalmente equivocada, pues hasta ahora no existe evidencia científica que compruebe este hecho”, dijo.
En este sentido, Dongo recomendó a los padres y cuidadores a llevar a sus menores hijos al médico, para descartar alguna enfermedad que pueda originar este desgano de los menores y llegar a un tratamiento adecuado bajo supervisión de especialistas.
Efectos por sobredosis
El director de Digemid advirtió asimismo que el consumo excesivo de multivitaminicos puede ser perjudicial para la salud no solo de infantes sino también en los adultos, ya que aumenta el riesgo de contraer algunas enfermedades.
Dio a conocer que la ingesta en grandes proporciones de vitamina A puede producir un aumento de la presión en el cráneo, daños al hígado (agrandamiento) y los huesos (osteoporosis) y si este exceso se produce durante el embarazo puede ocasionar desarrollo anormal del feto.
Agregó que la sobredosis de vitaminas del grupo B también produce efectos nefastos para el organismo, ya que un exceso de la vitamina B12 puede traer consigo problemas como urticaria, disminución del apetito y bajada en los niveles de potasio de nuestro organismo. “La urticaria es también otro de los trastornos que nos causa un exceso de ácido fólico que además nos puede alterar el sueño y producirnos irritabilidad”, señaló.
En tanto que una sobredosis de vitamina C produce problemas digestivos e intestinales y puede derivar en cálculos renales si el exceso se prolonga en el tiempo. Un alto consumo de vitamina E puede provocar dolores abdominales, náuseas y hasta alteraciones en la coagulación sanguínea.
Asimismo, Dongo dio a conocer que los altos niveles de vitamina D pueden traer consecuencias graves para nuestro organismo como la calcificación de los tejidos blandos, inapetencia, náuseas, fatiga, frena el crecimiento y puede ser un enemigo de nuestro sistema cardiovascular y renal. “A veces se suele confundir con un exceso de calcio ya que los síntomas suelen ser similares”, acotó.
Adecuada alimentación es la fuente adecuada de vitaminas
El representante de Digemid explicó que la mejor fuente de vitaminas se encuentra básicamente en las frutas y verduras, por lo que instó a los padres y cuidadores a asegurar una dieta alimenticia balanceada que incluyan estos insumos en el hogar.
“Si un niño se alimenta en forma balanceada, recibirá todo lo necesario para su desarrollo y crecimiento normal; por lo tanto, los suplementos vitamínicos son innecesarios, ya que una alimentación saludable provee al organismo de los nutrientes en cantidades adecuadas para cubrir las necesidades diarias”, finalizó.
Recordó que el uso de estos productos, a base de vitaminas, debe consumirse solo bajo indicación y supervisión de un médico, pues tienen indicaciones específicas de acuerdo a la deficiencia en cada paciente. Asimismo señaló que un profesional en nutrición puede orientar a los padres en qué tipo de alimentos puede encontrar las vitaminas necesarias para el normal desarrollo de los niños.
Lima, 20 de junio de 2010
NP. 0568-10